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Negritas en Carnaval |
El Carnaval es una fiesta que data de hace cinco mil años atrás. Se le asocia con festividades religiosas surgidas en Egipto y Sumeria, luego asimiladas por la cultura greco-romana, para finalmente hacerse tradición en el mundo cristiano de donde fue traído por los conquistadores a nuestro continente. Hoy día su significado original ha variado mucho en el sentir colectivo. Sigue siendo una celebración popular tradicional, en la que las máscaras y el jolgorio están presentes como en los antiguos tiempos, pero tiende a degenerar en un pretexto más de consumo para mercadear disfraces y organizar decadentes ‟concursos de misses”. El capitalismo no pierde ocasión.
Existe una indudable relación entre el Carnaval y el arte teatral. La farsa, uno de los grandes géneros del teatro, surgió en la Europa feudal en íntima conexión con las fiestas carnavalescas. Las farsas son obras de gruesa comicidad, con personajes de actitudes y rasgos exagerados. Escritores como Adam de la Halle (Francia, siglo XIII) y Hans Sachs (Alemania, siglo XVI) escribieron farsas, de inspiración popular, para ser escenificadas exclusivamente en la época carnestolenda.
Tal como el Carnaval, la farsa conlleva de manera implícita una enorme carga subversiva en oposición a la moral cristiana reaccionaria que aconseja el sacrificio en la tierra para ganar el paraíso eterno. El paraíso es aquí