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jueves, 20 de diciembre de 2012

Teatro navideño


La escena como persistencia en la tradición popular 

Una visión limitada y eurocentrista de la cultura, considera que el “buen” teatro es solo el que se  representa en las salas o, en todo caso, aquel que obedece a  los patrones que señala la academia. No obstante, ciñéndonos a la definición más básica del arte dramático, para que este exista deben conjugarse los siguientes componentes: texto, público, espacio e intérpretes. Estos cuatro elementos se hallan presentes en  las fiestas tradicionales que, desde tiempos inmemoriales, se escenifican en numerosos pueblos y localidades del país.   Así, en una mezcla de danzas, cánticos, trajes multicolores, máscaras y música, con el rito religioso o el desafío al orden como eje temático, diversas comunidades ejercitan una gran fiesta colectiva, en  celebraciones  afines a los cultos antiguos que dieron origen a la escena.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Escuela de Teatro Ramón Zapata

                                         Escuela de Teatro Ramón Zapata cumple 53 años
 
En 1959 es creada por la gobernación del estado Carabobo, en Valencia, gracias  a las gestiones de algunos promotores de la cultura,  la Escuela de Teatro Ramón Zapata, dirigida entonces por Eduardo Moreno, considerado como un excelente maestro teatral de ideas progresistas. Hombre de importantes retos, Moreno había dirigido anteriormente la Asociación Carabobeña del Arte Teatral (ACAT), iniciativa que podemos considerar, junto a muy pocas,  uno de los puntos de partida  de la profesionalización del arte escénico en el país. Ramón Zapata fue un actor de zarzuelas, muy exitoso y popular en la región,  durante las primeras décadas del siglo XX. 

miércoles, 6 de junio de 2012

Contra el progreso

                                                              Contra el progreso
El sueño de la razón produce monstruos, tituló Goya uno de sus fantasmagóricos grabados, profetizando que la razón -la inteligencia, la técnica, la ciencia, la tecnología- si no está sujeta a los principios elementales del humanismo puede convertirse en una pesadilla autodestructiva que amenaza la existencia de la vida sobre el planeta. Así, el capitalismo convirtió su inmensa capacidad productiva y tecnológica potencialmente liberadora, en un  mecanismo demoníaco de esclavitud y asfixia espiritual.
Tal es el planteamiento de la obra Contra el progreso del catalán Esteve Soler, escenificada recientemente en el Teatro Nacional por el grupo Escena de Caracas, bajo la dirección de