Imagen de una de las firmas de José Ferrer enviadas |
El falaz artículo de Cruz, el cual contiene un inventario de mentiras infantiles sobre el intercambio de opiniones que sostuvimos durante años, podemos leerlo en el sitio web de un diario digital dominicano (Crónica de una investigación histórica ). Escudándose en una lista de nombres de amistades en busca de avalar su versión, el cuentero Cruz omite zorrunamente como si nunca existieron -¡que detalle!- el video y el texto en los que piratea descaradamente y los cuales son el objeto de mi reclamo. ¡Qué desfachatado es este personaje!
La transcripción de su conferencia está contenida en la siguiente publicación La Dramática: El teatro revolucionario de Juan Pablo Duarte El video, fue retirado por Cruz de su canal en Youtube después que le reclamé las fullerías, pero también se encuentra en otros enlaces. Puede verse en "Conmemoración Consular de la Independencia Dominicana, 1844-2021" ( Minuto 29´.08´´)
A confesión de parte, relevo de pruebas. La defensa que intenta Cruz en su blog luego de mis observaciones, así como los enlaces que divulga en el mismo sobre el caso, más bien parecen una crónica del trabajo que he realizado durante años, con el cual alimentó una charla que ofrece y la cual es una recopilación de lo indagado por otros sobre los inicios del teatro profesional en República Dominicana y su importancia en el proceso de independencia. El tema lo han tratado desde hace décadas varios historiadores de ese país. O sea, Cruz se vanagloria de haber descubierto el agua tibia y, de paso, la templada y la fría. NO HAY NADA, ABSOLUTAMENTE NADA, DE LO QUE CUENTA ESTE CHARLISTA QUE NO HAYA SIDO ESCRITO CON ANTERIORIDAD. Me corrijo… Lo único novedoso es lo proporcionado por el autor de estas líneas y alguna que otra especulación muy secundaria o, peor, sin fundamento. Vale decir que tuve la precaución de no suministrarle las referencias archivísticas donde ubiqué los documentos.
Prestemos atención a los siguientes dos ejemplos. Cito seguidamente un párrafo del texto publicado por Cruz hace dos años y que cuestiono por fraudulento.
“Sobre José Ferrer he encontrado, también, dos documentos con su firma autógrafa. Uno de ellos es una litis que dicho actor, masón y patriota sostuvo con el gobierno de Venezuela porque le negaron el permiso para él abrir un teatro en Caracas. También tengo la información que José Ferrer fue el encargado de dirigir, en 1829, una obra en la cual participó José Antonio Páez, para entonces jefe político y militar de Venezuela. La pieza fue el primer montaje en ese país de una obra de William Shakespeare.” (página 16)
Mentira. No “encontró” -ni “descubrió” como afirma en el video- ningunos documentos. La verdad es que le envié por vía telemática los fragmentos finales de los mismos, con dos imágenes de las firmas de José Ferrer y mi comentario del contenido de uno de ellos, que trata de un litigio del artista con las autoridades. Cualquier persona decente que quiera demostrar la valía de su palabra haría públicos tales documentos, así como su ubicación en los archivos históricos venezolanos. Pero el viceministro Cruz no lo hará, porque miente. No tiene los documentos que anuncia. Debo rectificarle también la información sobre el primer montaje de una pieza de Shakespeare realizado en Venezuela.. El primer montaje del genial dramaturgo inglés en Venezuela del cual tenemos noticia data de 1822 y no se relaciona con Ferrer y Páez.
Segundo ejemplo. Cruz se arriesgó a un fallido triple salto mortal en patines de habladuría histórica cuando expresó lo siguiente:
“En la búsqueda de todos estos datos me he encontrado con una información documenta (sic), y aparentemente aún desconocida por historiadores dominicanos, que podría relacionar a José Núñez de Cáceres con el tema que nos ocupa. Recordemos que Núñez de Cáceres proclama el 1 de diciembre del 1821 la llamada Independencia Efímera, la cual apenas duró hasta el 9 de febrero de 1822. Exiliado en Venezuela, trabajó en Caracas como Censor Oficial de Teatro. En esas tareas conoció a José Ferrer y a Cecilia Baranis, que ya en 1823 eran artistas de relevancia internacional, dado que en ese año actuaron en Cuba. ¡Justo al lado nuestro! Este dato me lleva a una presunción: Núñez de Cáceres podría haber sido quien recomienda a los referidos teatreros para trabajar aquí con los padres fundadores de la República.” (páginas 17-18)
La información que el descubridor viceministro Giovanny Cruz vocifera alborozadamente haberse “encontrado” se trata de un acta del cabildo caraqueño, fechada el 9 de mayo de 1825 y que reposa en el Archivo Histórico Municipal de Caracas; aunque fui quien le suministró la copia del documento, me declaro inocente de la disparatada habladuría detectivesca que se inventa. José Núñez de Cáceres no pudo haber sido quien recomendó a los referidos teatristas ir a Santo Domingo, pues salió de Venezuela en 1827, estando residenciado en México hacia 1838-40, años cuando Cruz alucina que el prócer dominicano invitó al dúo de actores, quienes para entonces trabajaban en Caracas. Tampoco eran artistas de “relevancia internacional” en 1822-23. Actuaban en Cuba sí, pero porque nacieron en esa isla, residenciándose en Venezuela poco después, donde posiblemente se naturalizaron con el pasar del tiempo. (Ver imágenes)