En un artículo reciente, el actor y dramaturgo dominicano Giovanny Cruz, ahora ejerciendo la política como viceministro de cultura en su país, responde de manera ridícula ante unos señalamientos que le hice en una entrevista, por piratear algunas informaciones suministradas y que ahora asume como “su descubrimiento”. Resumo: le hice llegar copia de fragmentos de documentos donde aparecen las firmas de Cecilia Baranis y José Ferrer, relevantes actores cubanos radicados en Venezuela durante el siglo
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Imagen de una de las firmas de José Ferrer enviadas a Giovanny Cruz y que años después dice haber "descubierto" en dos documentos |
XIX y que estuvieron de paso en República Dominicana. La entrevista, en la que me refiero a Cruz como un escolar tramposo, fue hecha en 2021 por el crítico venezolano Carlos Rojas. (Ver
http://mipuntodevistacritico.blogspot.com/2021/08/oscar-acosta-el-teatro-virtual-es-una.html )
El falaz artículo de Cruz, el cual contiene un inventario de mentiras infantiles sobre el intercambio de opiniones que sostuvimos durante años, podemos leerlo en el sitio web de un diario digital dominicano (Crónica de una investigación histórica ). Escudándose en una
lista de nombres de amistades en busca de avalar su versión, el cuentero Cruz
omite zorrunamente como si nunca existieron -¡que detalle!- el video y el texto
en los que piratea descaradamente y los cuales son el objeto de mi reclamo. ¡Qué
desfachatado es este personaje!
La transcripción de su conferencia está
contenida en la siguiente publicación La Dramática: El teatro revolucionario de Juan Pablo Duarte El video, fue retirado por Cruz de su canal
en Youtube después que le reclamé las
fullerías, pero también se encuentra en otros enlaces. Puede verse en "Conmemoración Consular de la Independencia Dominicana, 1844-2021" ( Minuto 29´.08´´)
A confesión de parte, relevo de pruebas. La defensa que intenta Cruz en su blog luego de mis observaciones, así como los enlaces que divulga en el mismo sobre el caso, más bien parecen una crónica del trabajo que he realizado durante
años, con el cual alimentó una charla que ofrece y la cual es una recopilación de lo
indagado por otros sobre los inicios del teatro profesional en República Dominicana y su importancia
en el proceso de independencia. El tema lo han tratado desde hace décadas varios
historiadores de ese país. O sea, Cruz se vanagloria de haber descubierto el
agua tibia y, de paso, la templada y la fría. NO HAY NADA, ABSOLUTAMENTE NADA, DE LO QUE CUENTA
ESTE CHARLISTA QUE NO HAYA SIDO ESCRITO CON ANTERIORIDAD. Me corrijo…
Lo único novedoso es lo proporcionado por el autor de estas líneas y alguna que
otra especulación muy secundaria o, peor, sin fundamento. Vale decir que tuve la precaución de no suministrarle las referencias
archivísticas donde ubiqué los documentos.
Prestemos atención a los siguientes dos ejemplos. Cito seguidamente un
párrafo del texto publicado por Cruz hace
dos años y que cuestiono por fraudulento.
“Sobre José Ferrer he encontrado, también,
dos documentos con su firma autógrafa. Uno de ellos es una litis que dicho
actor, masón y patriota sostuvo con el gobierno de Venezuela porque le negaron
el permiso para él abrir un teatro en Caracas. También tengo la información que
José Ferrer fue el encargado de dirigir, en 1829, una obra en la cual participó
José Antonio Páez, para entonces jefe político y militar de Venezuela. La pieza
fue el primer montaje en ese país de una obra de William Shakespeare.” (página 16)
Mentira. No “encontró” -ni “descubrió” como
afirma en el video- ningunos documentos. La verdad es que le envié por vía telemática los fragmentos finales de los mismos, con dos imágenes de las firmas de José Ferrer
y mi comentario del contenido de uno de ellos, que trata de un litigio
del artista con las autoridades. Cualquier persona decente que quiera demostrar
la valía de su palabra haría públicos tales documentos, así como su ubicación
en los archivos históricos venezolanos. Pero el viceministro Cruz no lo hará,
porque miente. No tiene los documentos que anuncia. Debo rectificarle también
la información sobre el primer montaje de una pieza de Shakespeare realizado en Venezuela.. El primer montaje del genial dramaturgo inglés en Venezuela del cual
tenemos noticia data de 1822 y no se relaciona con Ferrer y Páez.
Segundo ejemplo. Cruz se arriesgó a un fallido
triple salto mortal en patines de habladuría histórica cuando expresó lo siguiente:
“En la búsqueda de todos estos datos me he encontrado con una
información documenta (sic), y aparentemente aún desconocida por historiadores
dominicanos, que podría relacionar a José Núñez de Cáceres con el tema
que nos ocupa. Recordemos que Núñez de
Cáceres proclama el 1
de diciembre del 1821 la llamada Independencia Efímera,
la cual apenas duró hasta el 9 de febrero de 1822. Exiliado en Venezuela,
trabajó en Caracas como Censor Oficial de
Teatro.
En esas tareas conoció a José Ferrer y
a Cecilia Baranis, que ya en 1823 eran artistas de relevancia
internacional, dado que en ese año actuaron en Cuba. ¡Justo al lado
nuestro! Este dato me lleva a una presunción: Núñez de Cáceres
podría haber sido
quien recomienda a los referidos teatreros para trabajar aquí con los padres fundadores de la
República.” (páginas 17-18)
La
información que el descubridor viceministro Giovanny Cruz vocifera
alborozadamente haberse “encontrado” se trata de un acta del cabildo caraqueño,
fechada el 9 de mayo de 1825 y que
reposa en el Archivo Histórico Municipal de Caracas; aunque fui quien le
suministró la copia del documento, me declaro inocente de la disparatada
habladuría detectivesca que se inventa. José Núñez de Cáceres no pudo haber
sido quien recomendó a los referidos teatristas ir a Santo Domingo, pues salió
de Venezuela en 1827, estando residenciado en México hacia 1838-40, años cuando Cruz alucina que el prócer dominicano invitó al dúo de actores, quienes para entonces trabajaban en Caracas. Tampoco eran artistas de “relevancia
internacional” en 1822-23. Actuaban en Cuba sí, pero porque nacieron en esa
isla, residenciándose en Venezuela poco después, donde posiblemente se
naturalizaron con el pasar del tiempo. (Ver imágenes)
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Acta de matrimonio de José Ferrer, fechada en Caracas en 1829. Puede leerse en la octava línea "n. de Ballamo enla Havana". Los errores en los registros eclesiásticos eran frecuentes, por lo que no es de extrañar que aparezca La Habana donde debió escribirse Cuba. En otro documento Ferrer aparece como nativo de la "isla de Cuba" y en un tercero como de "los reinos de España". Cuba siguió bajo el dominio español hasta 1902 |
Por las sucesivas menciones en
la bibliografía teatral venezolana, se puede deducir erróneamente, como en
efecto me sucedió y aún sigue sosteniendo Cruz en los patinazos de sus charlas,
que la pareja era venezolana, pero fuentes inéditas de primer orden halladas en
los últimos años confirman –hay que repetirlo- que nacieron en la isla de Cuba,
para entonces aún una colonia de España. Abundantes e inéditas referencias
sobre la pareja de artistas pueden hallarse en dos textos de mi autoría
publicados en 2021, acá en su versión digital La ignorada presencia femenina en los inicios del teatro venezolano (1823-51) y El segundo Coliseo de Caracas (1819-51).
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Acta matrimonial en Caracas (1866) de Cecilia Baranis. En subrayado amarillo puede leerse "Cecilia Baraní natural dela Havana".La actriz falleció repentinamente en 1870, como puede leerse en otra acta. |
Insistiendo en poner la torta al escribir sobre el tema y refiriéndose a mí, el
conferencista Giovanny Cruz culmina su pasquín con la siguiente granujada: “dice en su país que mis descubrimientos de Cecilia
Baranis y José Ferrer son suyos.” ¡Más le hubiese valido disimular con el
silencio! Me acusa ridículamente de atribuirme el “descubrimiento” de dos
artistas referenciados durante más de un siglo por varios historiadores y cronistas venezolanos y
dominicanos. Tamaña marrullería
difícilmente pasa; vuelvo a preguntarle al actor Giovanny Cruz: ¿Dónde se ubican los documentos con la
firma autógrafa de José Ferrer que afirma haber “descubierto”? ¿Cuándo y cómo
se los “encontró? ¿Por qué no los muestra? Si responde me retractaré de
todo lo anterior.
Para concluir este cómico
impasse, ojalá el viceministro no vuelva a huir hacia delante, respondiendo
clara y concretamente las interrogantes hechas sin irse por las ramas. Si no, es mejor
que guarde silencio cerrando el telón a sus pretenciosas imposturas, para no
seguir maltratando su honrilla y la historia del teatro dominicano.