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jueves, 20 de diciembre de 2012

Teatro navideño


La escena como persistencia en la tradición popular 

Una visión limitada y eurocentrista de la cultura, considera que el “buen” teatro es solo el que se  representa en las salas o, en todo caso, aquel que obedece a  los patrones que señala la academia. No obstante, ciñéndonos a la definición más básica del arte dramático, para que este exista deben conjugarse los siguientes componentes: texto, público, espacio e intérpretes. Estos cuatro elementos se hallan presentes en  las fiestas tradicionales que, desde tiempos inmemoriales, se escenifican en numerosos pueblos y localidades del país.   Así, en una mezcla de danzas, cánticos, trajes multicolores, máscaras y música, con el rito religioso o el desafío al orden como eje temático, diversas comunidades ejercitan una gran fiesta colectiva, en  celebraciones  afines a los cultos antiguos que dieron origen a la escena.


Diciembre es uno de los meses cuando estas modalidades estéticas se manifiestan con mayor profusión. En Sanare  (edo. Lara), entre otras regiones del interior, se celebra todos los 28 de este mes, a propósito del día de Los Santos Inocentes,  Las Zaragozas, un baile teatral tradicional,  mezcla de los ritos agrícolas indígenas con tradiciones llegadas de España durante la colonia.  En la fiesta, los oficiantes hacen promesas, bailan y cantan coplas, llevando trajes multicolores y máscaras en una procesión pantomímica muy parecida a las que hemos visto inaugurando los festivales teatrales. Con algunas diferencias pero igual esencia, el mismo día se llevan a cabo Las Locainas, siendo este el baile que más identifica a Agua Blanca (edo. Portuguesa), aunque se ha extendido a otros pueblos.

Igualmente el 28, en Caicara del Maturín (edo. Monagas), se efectúa el Baile del Mono, expresión  totalmente exenta de contenido religioso y producto también de la mixtura de tradiciones indígenas y europeas. En ella, grotescas comparsas con disfraces de monos, mamarrachos, indigentes, etc.,  van recorriendo al son de ritmos criollos las calles repletas de espectadores, los cuales son azuzados por las piruetas y gestos de los actores a participar en el alocado bochinche. Similar a otras fiestas feudales de Europa, como el Carnaval, el Obispillo o la Fiesta del Asno (devenidas de las saturnales romanas),  el Baile del Mono expresa un profundo contenido de equidad social al proponer la desindividualización y la inversión de los roles cotidianos a través de la máscara: ese día todos somos iguales; el pobre y el amo se convierten por igual en espantos o fantoches, no se diferencian.

En Venezuela, como en todos los países de raigambre católica, es común el montaje de los nacimientos o pesebres vivientes, quizás, junto a los vía crucis de Semana Santa, la representación teatral mas extendida en el planeta. Se atribuye a San Francisco de Asís, en 1223, la primera escenificación del nacimiento decembrino en Europa, quien supuestamente se inspiró en las tradiciones vistas en su viaje a Belén, situado en el hoy territorio palestino. Sin embargo,  tal manifestación pareciera ser anterior, como lo hace suponer la existencia del Auto de los Reyes Magos, drama religioso escrito en Toledo (España), datado en el siglo 12 y el cual es considerado el texto literario más antiguo en idioma castellano. El argumento de la pieza nos muestra a  Melchor, Gaspar y Baltasar siguiendo la estrella que los llevará a Belén y visitando al rey Herodes en su palacio. Evidente, la relación de esta pieza con los pesebres vivientes y la Bajada de los Reyes, otra conmemoración de mucho histrionismo que se organiza el 6 de enero.

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