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viernes, 16 de diciembre de 2011

In memorian Gilberto Pinto

                                               In memorian Gilberto Pinto
 
En fecha reciente nos dejó Gilberto Pinto. Deliberadamente no fui al sepelio; prefiero  imaginarlo siempre atento, como la última vez que lo vi, glotoneando jamón español, tronándome sus críticas y reflexionando sobre las obras que pudo haber escrito mejor. Hace poco, Todos Adentro publicó una reseña sobre su obra. Dado que el intento biográfico se quedó corto para dar una idea  de la extensa labor artística de Gilberto y en su memoria, quiero citar de su libro El texto teatral  una pertinente reflexión: “El teatro es un arte de actualidad. Está inscrito en el tiempo. Y si no expresa ese su tiempo, carecerá de realidad vital. Se precisa, además, un arte escénico emparentado con el país que lo produce, con su historia y realidad social. El valor del teatro reside en su contribución a que se hagan eficaces las fuerzas sociales que puedan provocar transformaciones   (...) el arte dramático nació de la necesidad que sintió la comunidad de expresarse y dialogar consigo misma. De ahí que el teatro deba sobrepasar su condición estética: su razón de ser consistirá, primordialmente, en expresar lo que hay de particular y trascendente (...) Un teatro que no hable a su comunidad, que no dialogue con ella en el momento histórico que vive, corre el peligro de caer en el esteticismo, en el formalismo, en una especie de ornamento simulador destinado solo al entretenimiento.”

También, en el señalado texto, advertía a quienes les angustiaba la posibilidad de no trascender: “Les aconsejo no buscar cupo en ese tren: no existe ninguna garantía de que se escribe para el futuro.” No compartí con el maestro tanto como para conocer las  angustias que seguramente tuvo, siendo tan temperamental y apasionado. De lo que si estoy seguro, es de su obsesión por escapar, a través de su obra, a la intrascendencia y banalidad con que muchos asumen la vida, que es la única manera de ganarle a la muerte. Por fortuna para él, como también  para los que aún estamos y estarán, lo logró con creces.

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