En 1829, José Antonio Páez, tomando
partido por intereses mezquinos, urdía la separación de Venezuela de la Gran
Colombia. En noviembre, se efectuaba en Valencia, una asamblea que decidió la
separación definitiva de la Nueva Granada, así como el nombramiento del
Centauro de Los Llanos, como Jefe Superior del País. Fue la derrota postrera en
vida de El Libertador, comenzando un período en el cual gobernó la oligarquía
conservadora, profundizando el predominio de los terratenientes criollos, a los
cuales se agregaron los altos jefes militares, que convirtieron la
independencia ganada por el pueblo en un botín para el enriquecimiento
personal.
En el mismo año Páez, representaba en
su casa valenciana, Otelo de William Shakespeare. El elenco de la
representación: Páez en el papel de Otelo, Carlos Soublette encarnó a
Brabancio, Miguel Peña a
Yago, Desdémona fue interpretada por Francisca Romero de Alcázar y Blanca por Inés de Oyarzabal. El apuntador del texto -en una época en que no se memorizaban los parlamentos sino que eran dictados desde un lugar cercano al escenario- fue Jaime Alcázar, siendo dirigidos por un español de apellido Ferrer. Peña y Soublette también fueron figuras protagónicas en la escisión de la liquidación de la Gran Colombia. En 1831, por iniciativa de otro militar independentista, el Coronel Pedro Celis, se construiría el primer edificio teatral de Valencia. En 1842, surgió la Sociedad Dramática de Aficionados, en la que también estarían Páez y Soublette, sumándoseles Rafael Urdaneta.
La curiosa afición dramática de estos
personajes, podemos entenderla como un esfuerzo de la naciente clase política
por ganar el reconocimiento de los sectores dominantes de la sociedad, sumando
a sus avales guerreros, la respetabilidad
que entonces daba el conocimiento de las llamadas bellas artes.
Habíamos logrado la independencia política, pero el coloniaje europeo
persistió, tanto en el modelo económico opresor como en los valores culturales
heredados.
Yago, Desdémona fue interpretada por Francisca Romero de Alcázar y Blanca por Inés de Oyarzabal. El apuntador del texto -en una época en que no se memorizaban los parlamentos sino que eran dictados desde un lugar cercano al escenario- fue Jaime Alcázar, siendo dirigidos por un español de apellido Ferrer. Peña y Soublette también fueron figuras protagónicas en la escisión de la liquidación de la Gran Colombia. En 1831, por iniciativa de otro militar independentista, el Coronel Pedro Celis, se construiría el primer edificio teatral de Valencia. En 1842, surgió la Sociedad Dramática de Aficionados, en la que también estarían Páez y Soublette, sumándoseles Rafael Urdaneta.
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