Número de visitantes hasta hoy

viernes, 4 de enero de 2013

Páez y el teatro

                                                                Páez y el teatro


En 1829, José Antonio Páez, tomando partido por intereses mezquinos, urdía la separación de Venezuela de la Gran Colombia. En noviembre, se efectuaba en Valencia, una asamblea que decidió la separación definitiva de la Nueva Granada, así como el nombramiento del Centauro de Los Llanos, como Jefe Superior del País. Fue la derrota postrera en vida de El Libertador, comenzando un período en el cual gobernó la oligarquía conservadora, profundizando el predominio de los terratenientes criollos, a los cuales se agregaron los altos jefes militares, que convirtieron la independencia ganada por el pueblo en un botín para el enriquecimiento personal.

En el mismo año Páez, representaba en su casa valenciana, Otelo de William Shakespeare. El elenco de la representación: Páez en el papel de Otelo, Carlos Soublette encarnó a Brabancio, Miguel Peña a
Yago, Desdémona fue interpretada por Francisca Romero de Alcázar y Blanca por Inés de Oyarzabal. El apuntador del texto -en una época en que no se memorizaban los parlamentos sino que eran dictados desde un lugar cercano al escenario- fue Jaime Alcázar, siendo dirigidos por un español de apellido Ferrer. Peña y Soublette también fueron figuras protagónicas en la escisión de la liquidación de la Gran Colombia. En 1831, por iniciativa de otro militar independentista, el Coronel Pedro Celis, se construiría el primer edificio teatral de Valencia. En 1842, surgió la Sociedad Dramática de Aficionados, en la que también estarían Páez y Soublette, sumándoseles Rafael Urdaneta.

 La curiosa afición dramática de estos personajes, podemos entenderla como un esfuerzo de la naciente clase política por ganar el reconocimiento de los sectores dominantes de la sociedad, sumando a sus avales guerreros, la respetabilidad  que entonces daba el conocimiento de las llamadas bellas artes. Habíamos logrado la independencia política, pero el coloniaje europeo persistió, tanto en el modelo económico opresor como en los valores culturales heredados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario