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viernes, 25 de enero de 2013

Teatro en Palestina

Juliano Mer Khamis, actor y dierctor
Nos juntamos, por todos los medios, en la lucha por la liberación del pueblo palestino, que es nuestra lucha. Cada persona en relación con este proyecto, siente estar también ocupada por el movimiento sionista, por el régimen militar de Israel, y por su política. Aunque vivan en Yenín, en Haifa o en Tel-Aviv. Nadie hace este proyecto para curarse. No somos unos curanderos. No somos buenos cristianos. Somos combatientes de la libertad.
 Juliano Mer Khamis

Yenín, es un campo de refugiados de unos 18.000 habitantes en Cisjordania, Palestina. La localidad fue noticia en abril del 2002, cuando fue desbastada por el ataque inclemente de los tanques y la cohetería a que fue sometida, durante una encarnizada batalla que duró días, entre el ejército israelí y la resistencia palestina.

En ese contexto de guerra, asedio y dolor fue fundado, en 2006, el Teatro de la Libertad, por Juliano Mer-Khamis,  junto a Zakaria Zubeidi (ex-líder militar de una de brigada combatientes árabes), Jonatan Stanczak (un activista sueco-israelí), y
Dror Feiler (artista sueco-israelí). Mer- Khamis,  tenía en su haber una brillante carrera como actor y director de cine, teatro y televisión. De su iniciativa, junto al cineasta Daniel Daniel, es el laureado documental Los niños de Arna, cuyo tema central es la labor de su madre Arna Mer,  ganadora del Premio Nobel alternativo y activista judía por los derechos humanos y contra la ocupación sionista. Los 50.000 dólares del Premio Nobel ganados por Arna, sirvieron para inaugurar un cine, la sala de teatro y ampliar las actividades, hasta establecer -dentro de las limitaciones impuestas por la violencia en la zona- una escuela de formación escénica. El padre de del versátil director fue Saliba Khamis, cristiano palestino y uno de los líderes del Partido Comunista Israelí.
En la página web del Teatro de la Libertad podemos leer que el proyectotiene como principal objetivo mostrar un modelo artístico de excelencia en la actividad teatral dentro de los Territorios Ocupados Palestinos y, utilizando el proceso creativo como modelo para el cambio social, ofrecer oportunidades a los niños y jóvenes del Campo de Refugiados de Yenín para que puedan desarrollar las habilidades, autoconocimiento y confianza que los lleven a ser motores del cambio de la realidad actual y tomar el control de su futuro.Tal planteamiento  resultó subversivo para ambas partes en pugna, lo que llevó a un constante asedio contra los que trabajan en el teatro. Por una parte, el Estado israelí comprendió el enorme potencial liberador  que le imprimía Mer Khamis; por  otro, un sector de los palestinos más conservadores consideraron las actividades escénicas como nocivas para la juventud. Luego de numerosas amenazas y dos incendios provocados al recinto escénico, Juliano Mer-Khamis fue asesinado a tiros en abril del 2011, sin que aún se haya podido establecer la autoría del crimen.
De la  Intifada violenta a la cultural

Pese a lo anterior, el Teatro de la Libertad ha continuado su labor. En julio del mismo año y como respuesta al asesinato, los graduantes de la escuela, en su mayoría jóvenes que abandonaron la militancia en la violencia por la actoral, decidieron montar Esperando a Godot de Samuel Beckett. El elenco sufrió detenciones y hostigamientos; incluso  un ensayo con público en un espacio abierto, fue agredido con bombas lacrimógenas y tiros por las fuerzas israelíes. El presente año, la pieza fue exhibida con gran éxito en Finlandia, Alemania y Estados Unidos.

Mer Khamis, expresó, en entrevista realizada el año que inauguró el Teatro de la Libertad,El arte, en nuestro caso, puede combinarse, generar y movilizar otros aspectos de la resistencia. Todo lo que me importa es la resistencia. (...) No creo en el arte por amor al arte. Pienso que el arte puede producir, motivar, combinar y crear un discurso liberador universal. Es mi preocupación en cuanto al arte. Por otro lado hay una dosis terapéutica y la dosis terapéutica no es curarse. (...) no se trata de curar a nadie de su violencia. Es para crear una conciencia que puedan utilizar en su camino. No contra ellos mismos.

 
 

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